A partir del inicio del 2020, el Estado situado al norte de Bélgica y al oeste de Alemania ya no podrá llamarse Holanda. La razón es que en realidad ese nombre alude a una región y no a un país.
Desde ayer, empresas, embajadas, ministerios y universidades solo pueden referirse a la tierra de los tulipanes como Países Bajos.
Esta decisión le costó 200.000 euros al gobierno de La Haya que manifestó que el cambio “vale la pena, porque se trata de hacerle un lifting al país para que la capacidad de ingresos en el extranjero sea lo más inteligente y atractiva posible”.
Entre los gastos está incluido el cambio del logotipo internacional para que incluya los símbolos “NL” (por países bajos en inglés) junto a un tulipán naranja.
Hace 25 años, la industria turística decidió promover el país como Holanda. Pero según un portavoz ahora se quiere presentar el comercio, la ciencia y la política de todo el país, por lo que “queda extraño que se promocione solo una parte de los Países Bajos en el extranjero, es decir, solo Holanda”.
Este cambio de imagen también tiene detrás una renovación de estrategia turística para poner fin al turismo masivo, barato y aéreo que acude, en especial, a Ámsterdam, lo que tiene asfixiadas a las autoridades y residentes, que llevan los últimos años exigiendo apostar por un turismo sostenible y respetuoso con la ciudad.